MI PRIMER POEMA


Mi primer poema, lo escribí inspirado en la sonrisa de Priscilla
perdido en los ojos de Eliza, con aquel modo de mirarme
la noche misma que conocí a Raquel
cuando termine enredado en los cabellos dorados de Lucía
pensando en los labios de Patricia
y la manera peculiar de caminar de Susan, la pelirroja.

Empecé el primer cuarteto y sólo soñaba con los senos de Sandra
la más mona, y la más madura; hermosa y audaz
le faltaba ritmo y pensé en la cintura de Cristina
con aquel chispazo de fantasía que le ponía Julieta
siempre tan misteriosa.

Voy en la novena y para el segundo cuarteto me guardaba a Estella
hermana de la loca de Carmen; para mí fue la más bella
mi mejor poema: el que se lo escribí a Karen, la limeña
mis amigos dijeron que no podía porque andaba con Valeria
y al final me fui con las dos, con Teresa y Romina
tan tiernas como Linda.

Como me gustaba la piel de Canela
el aroma de Rosa
y esa suavidad de Flor.

El primer terceto se lo dedique a Elizabeth, la morena;
lo escribí un día de verano el mismo en que le dije que me gustaba
tenía enamorado pero eso no me importo, ya que él antes me quito a
Karina, que para mí fue de las primeras, mi más dulce quimera.

El segundo terceto fue obra de Almudena con ese sensual caminar
y su bohemio modo de hablar; para el final me ayudo la flaca de Olivia
y su extraña manera de pensar, como odiaba a la tonta de Carola
nunca me hizo caso, como la terca de Sabrina
que me dio una bofetada aquella vez en el cumpleaños de Lorena
cuando le robe un beso a Fiorella, no me dolió y a ella tampoco le gusto
porque después me vio tras la falda corta de Graciela.

Para el nombre del poema recordé a Viviana, la conocí en la playa
en casa de Fabiola cuando me le declare a su hermana, Luisa,
sólo duramos un par de días; porque el día que deshoje a su prima:
Elvira; me presento a su mejor amiga, Roxana; no era mi tipo,
una chica muy estudiosa, pero que ojazos que tenía, azules
como la ropa interior de Silvana, la noche que la lleve a la cama.

Ya lo termine pero los nombres aún quedan; tendré que hacer otro
y empezaré soñando con el sueño de Violeta
dormido en la cama de Virginia; hasta que encuentre a la última
la más bella, la mejor…mi primer poema.

Octubre del 2005