Miradas,
miradas que hablan
que
pronuncian por si solas
las
emociones que encarnan
esas
son las huellas que encantan
miradas
que tocan, miradas que queman
miradas
que hieren, miradas que matan
que
sienten, que extrañan y que perdonan.
Miradas
que nacen de tus ojos para mis ojos
miradas
que mienten, miradas que engañan
con
formas diversas en sentidos opuestos
que
cruzan el aire y se clavan en el alma
miradas
que elevan, miradas que atropellan
que
dibujan caricias cual heridas profundas
miradas
que traducen palabras y sonrisas
que
sin darnos cuenta dejan algo adentro.
Miradas
que llevan en su figura la nobleza
miradas
que reflejan en mi pupila tu belleza
tus
formas belicosas, caprichosas e inseguras
miradas
que te sueñan, que se pierden en las estrellas
miradas
que buscan sueños y esperanzas
miradas
que tejen y cuentan historias
alegres,
tristes y a veces oscuras
en
pestañeos que deshojan las horas.
Miradas
que ríen, miradas que lloran
miradas
a veces atrevidas
y
otras por más desmedidas
miradas
que se cortan con el tiempo
miradas
que se encierran con el silencio
miradas
que arrancan delirantes suspiros
de
los labios de los santos
y
de los ángeles caídos.
Mira
el amante con lujuria
las
líneas perfectas que lo transfiguran
miradas
cegadas por una figura
que
el tiempo deshace como un cuenta gotas
miradas
que por si son inciertas
cual
deseos errantes despiertan
miradas
que visten al pensamiento
y
lo desnudan en un sentimiento.
Miradas
que se dan dos almas gemelas
puras
e ingenuas llenas de ternura
miradas
que se encuentran en la luna
tras
la honda noche que las junta
miradas
que por si son apasionadas
que
se queman en la piel deseada
miradas
suaves, miradas lentas
como
caricias que se dan con el alma.
Miradas
sencillas que duermen en el silencio
miradas
tímidas que por si son secretas
que
lo dicen todo y a la vez nada
que
lo dan todo y no esperan nada
miradas
que son más que palabras
miradas
que nada se callan
miradas
que por ajenas prohibidas
que
al tonto corazón contaminan.
Miradas
que en el espejo te miran
miradas
absurdas y a veces vacías
perdidas
en las cosas que sólo tú miras
miradas
que en los ojos se reflejan
miradas
que son tuyas y a veces mías
miradas
que das a aquel que te lía
que
son besos que al verlo giran
y
llegan a lo profundo del alma mía.
Mira
la madre a su hijo al pie de la cuna
con
cantos sublimes lo adora y lo arrulla
miradas
benditas cual Aves Marías
se
cierran en manos de quien las murmulla
mira
de frente el valiente
mira
de reojo el cobarde insolente
mira
de frente el hombre a los ojos
de
la mujer a quien ama y no miente.
Miradas
del ayer que señalan mi cruel prosapia
miradas
del mañana que en ti se harán poesía
miradas
que crecen a través de la esperanza
miradas
que mueren si nadie las atrapa
miradas
sinceras que roban sonrisas
miradas
tristes que vagan sin querer
miradas
lejanas que algo empiezan a tejer
miradas
que me dicen que ya eres una mujer.
Miradas
que son más que promesas
miradas
que curan males y dolencias
miradas
que resbalan por tu cuello
y
recorren tus infinitos senderos
miradas
que se pierden entre tus formas
suaves
y apacibles cual mariposas bobas
miradas
que te buscan entre las sombras
miradas
que caen como en otoño las hojas.
Miradas
que por mías son muy desmedidas
que
al encontrarte lentamente te desnudan
miradas
que por tuyas son mal disimuladas
que
al encontrarme lentamente me terminan
miradas
que se dan dos almas enamoradas
miradas
que te doy a cuestas y recibes resuelta
miradas
que por tuyas son mías
y
al encontrarse en ese secreto poco a poco nos lían.
Junio
del 2006