UN DÍA COMO CUALQUIERA


Hoy es un día como cualquiera, decido salir a caminar… ¿adónde?
primero me dirijo a la universidad, entro, doy un par de vueltas
no encuentro nada apetecido; salgo y me topo con una compañera
entramos, yo nuevamente, una vuelta más, aparece una amiga
su amiga, ¡no está mal!, quédeme solo, las dos salen antes, yo luego
parece que les fuera siguiendo, simplemente camino sin pensar.

Estoy detrás por algo de dos cuadras, hasta que una minifalda verde
capta mi atención…no era lo que esperaba, continuo con mi camino
al advertirlo me sé en el centro de la ciudad, me siento uno más
otro impar, uno más con una historia que contar, con sueños, pesares
miedos y secretos; si supieran quién soy, de noche un soñador
ahora uno más del montón, a veces sólo un espectador
finalmente  medito…tampoco les conozco, tal vez ellos piensen
lo mismo que ahora pienso yo, no lo sé.

Caminar, observar, escoger a quién voy a victimar, a quién encontraré
o quién a mí…quién será por hoy fuente de mi inspiración, es verdad
hay mujeres tan hermosas que casi no siento nada, cada una
con su modo peculiar de caminar, con formas  y colores diversos
 terrenas y mortales, cada quien en su papel, siendo y no siendo
un pensamiento, una sensación, un instante, una parte de mi mundo.

Mujeres de Venus y de Marte, lo complicado de verlas por ahí
solas o acompañadas, tristes o alborotadas, mirarlas, estudiarlas
tocarlas con el pensamiento, desnudarlas en silencio
obvio, sin que lo adviertan; verlas desnudas, sentirme erecto
no saber ni sus nombres o si comparten la vida, o sólo las sábanas
si son rosas o amapolas, si son reales todas sus formas
si pueden decir algo más que palabras…con sólo estar.

Entonces no importa, ni en mil vidas podría conocer a todas
ahora sólo existe el sentir, el placer de ser alguien más parecido a mí
el hacerlas mujer, poder tocar su piel, aunque sea un breve roce
ese momento se vuelve inmortal, tan simple que luego lo puedo olvidar
una más tal vez, pero la piel sabe lo que sintió.

Caminar, sentirse libre, experimentado la verdadera libertad
ese momento,  íntegro, solitario, soberbio, entrar a un café
pedir algo de tomar, llega una hermosa mujer, se sienta enfrente
pide algo también, demorar mi bebida, trago a trago, mirada a mirada
quedarse ahí descubriendo deseos, preguntarse quién es, ¿será ella?
mirarle a los ojos como intentando decirle: te he de poseer
o disculpe: ¿qué hora es?; uno puede pensar lo que quiera.

Irme de ahí, caminar, quién será la primera persona que vea al salir
pasar por su lado, saber que se fue, pensar que nunca la volverás a ver
digerirlo, levantar la vista arriba, ver un ave volar, lo simple de la vida
lo extraordinario del mundo; detener el tiempo en una mirada
tocar mi lado más profundo, entonces uno piensa que es hermoso vivir
aunque la próxima mirada reserve otro matiz.

Sigo caminando y noto a alguien sonreír, hay tanta luz en sus ojos
imposible de fingir, entonces suelto una sonrisa tratando de imitarle
ver el mundo cambiando de color, el cielo azul ensuciado
una camisa negra, un top rojo demasiado escotado
vuelvo la vista atrás, un tipo hablando por su celular
a su lado otro tipo intentando ser casual.

Definitivamente no lo puedo controlar, puedo volar, te puedo tocar
y aunque no estés aquí, yo sé que eres tú,  la mujer del cuento
la que anda por ahí, al igual que yo, tratando de vivir, lo sencillo
lo complejo de un día, uno más, como el de ayer, como el de mañana
o como el que nunca llegará......el amanecer que no apreciarás
el que no se escribió ni será porque no despertarás.

Y al tercer día el sol renacerá, escrito está, entonces quizá
vuelvas a caminar, y tal vez hoy nos encontremos
...y tú dirás: hola; y yo diré: que tal...te pareces a alguien...
eres tú...no sientes como si nos hubiéramos conocido antes...

Febrero del 2006