No
me inspiras nada pero me enloqueces
que
es aquello en ti, que todo en mí lo entorpece
la
gran torre de mi genialidad hecha pedazos al verte
me
llenas de valentía y luego de cobardía
me
haces y me deshaces, no sé si odiarte o amarte
me
transformas al escucharte, desnudándome por ti
más
sincero que nunca, más yo mismo que nunca.
Y
cómo podré liarte si no consigo hablarte
si
me quedo ahí prendido a tu silencio
que
me llama y me bota
maldita
tentación, me llenas y me vacías
de
deseos y tonterías, atrapado en el teatro
de
mi estúpida fantasía, capaz de todo y de nada
audaz
y perspicaz, y a la vez un pobre idiota
que
no sabe que decir, que no sabe si actuar o esperar
inspirado
y derrotado por mi maldita condición
de
tonto niño enamorado.
Tú
la causa de mi contradicción, de esa lucha en mi cabeza
que
es vencida por tu belleza, perdido en tu silencio
callado
por tu boca, atado a este deseo
que
me condena y explota
envuelto
en mi piel, rodeado por doquier
sin
saber qué hacer, y esa es tu violencia
esa tu mirada que me condena
esa
forma tan tuya de matarme
de
clavarme tu amor por las venas.
Borracho
en desenfreno, embebido de tus miedos
tus
limites perfectos acariciados por mis sueños
mi
esencia, todo lo que anhelo
tus
besos, el sabor de tu cuerpo
la
red de tus cabellos, sentirme tan cautivo
ser
lo que no entiendo, esta furia porque no te tengo
corre
brioso vaivén de pasión y ternura.
Tú
la luna llena cercana a mi orilla
levantando
las aguas de mi prosapia
tú
la poesía, fuente de fantasía
mi
camino oscuro y más luminoso
mi
noche sin sueños, sin esperanzas ni deseos
castillo
de ilusiones, mi laberinto, mi rompecabezas.
Y
yo tan ansioso, todo me provocas
la
colmena de tu boca, dulce y espinosa
mi
sangre envenenas, y crece mi osadía
por
hacerte mía, por beber de tu alma
los
licores de la vida.
No
me inspiras nada pero el alma me llenas
aburrido
en esta mi eterna espera
en
la curva de tu sonrisa
tu
sola presencia, el rubor en mis mejillas
el
temblor en mis rodillas
la
voz de tu silencio, esa melodía que me seduce
hecho
y deshecho una vez más
maltratado
por fuera y roto por dentro
tú
sucia de miradas, de ternuras y pasiones
corrompes
mis emociones.
Sé
que no eres tú, eres otra
tímida
y asustada, ajustada a tu falda
y
a tu gran comedia
el
dado que me juega, yo tu burla
tu
juguete, tu perro faldero
atrapado
en el reflejo de tus lentes
un
títere en tus manos que sueña con tus labios
atontado
y desesperado como un niño malcriado
mi
mundo del revés, mi universo colgado de un arnés.
Tú
y sólo tú
mi
filosofía sólo tonterías, mi poesía sólo palabrerías
mi
estado común de ser humano
de
niño y hombre enamorado, por ti tierno y apasionado
esperando
tu mirada, esa ayuda necesaria
para
atreverme, para romperme, para tenerte
tú
tan complicada, yo tan alborotado
sentado
y planeando, parado y volteado
me
atormentas, me envuelves
me
subes a tu nube y me bajas como un cuenta gotas
desde
el infierno de tus ojos
y
este mi miedo, el coloquio con tu silencio
lo
que no pude decir, lo que no pude hacer
robarte
de esa escena tan tosca y obscena
mis
miradas de mesera, mis palabras sueltas
y
en espera.
Tú
la cenicienta, la niña en la estación
que
poco a poco me desespera
y
te quiero mía, tan intensamente mía
en
este juego que nos lía
tu
mirada y mi mirada unidas en una palabra
que
nadie se atreve a pronunciarla
y
tan innecesaria que no hace falta
y
te quiero, más y más, cada día un poco más
y
ésta es mi condena, y la cumpliré
aunque
sea eterna.
Junio
del 2005