Mi
primer amor fue una muñeca mal peinada
de
lentes grandes y redondos, tonta y algo molestosa
un
poco loca y muy pecosa.
Mi
primer amor fue una tontería
difícil
de explicar, difícil de entender
y
fácil de aceptar.
Mi
primer amor fue un pedazo de la acera
de
la calle de enfrente donde un día deje
mi
alma derramada.
Mi
primer amor fue una mirada
profunda
e infinita, como un puñal
imposible
de sacar.
Mi
primer amor fue una sonrisa
triste
y sincera, casi un adiós
que
en el recuerdo se quedó.
Mi
primer amor fue la sensación
de
nunca acabar, lo que nunca se vivió
lo
que nunca se pudo olvidar.
Mi
primer amor fue una caricia
suave
y letal, la que el tiempo
no
pudo borrar.
Mi
primer amor no fue una fantasía
fue
la esperanza de vivir en un mundo diferente
donde
todo pudo cambiar.
Mi
primer amor fue el más puro
el
más inocente, el que volvió transparente
a
aquel cielo oscuro.
Mi
primer amor fue una voz en el silencio
un
oasis en el desierto, un paraíso en el averno
un
sueño que se soñó despierto.
Mi
primer amor fue como el sol sobre el tejado
como
la rosa más bella en el rosal
como
la flor en la punta del volcán
como
el niño que se volvió superman.
Mi
primer amor fue un ave de paso
de
alas blancas y fuertes, volando alto y raso
para
anidar en mis brazos.
Mi
primer amor fue un beso en un portal
donde
un día dije adiós, y aún en mi boca
lo
puedo sentir.
Mi
primer amor, y tú lo sabes, y tal vez no somos los dueños
pero
ven, toma mi mano y juguemos
en
aquel carrusel de sueños.
Abril
del 2003